Colombia y Brasil destruyen 14 ‘súper dragones mineros’ en una operación histórica contra la minería ilegal en la Amazonía.
En el marco de la COP30 sobre cambio climático, la ministra de Ambiente (e) de Colombia, Irene Vélez Torres, anunció los resultados de la operación binacional Amazonía Libre II, un despliegue considerado un hito en la coordinación ambiental y de seguridad entre Colombia y Brasil. La intervención permitió la destrucción de 14 ‘súper dragones mineros’, maquinaria de alta capacidad utilizada para la explotación ilegal de oro en los ríos Puré, Purité y Cotuhé, en el corazón de la Amazonía compartida.
El operativo reafirma el compromiso de ambos países para frenar la devastación del bioma amazónico y combatir las estructuras criminales que impulsan la deforestación, la contaminación con mercurio y la afectación directa a comunidades indígenas y ecosistemas estratégicos. “La Amazonía es un patrimonio mundial y su protección exige una respuesta unificada y contundente”, afirmó la ministra Vélez, subrayando la importancia de actuar frente al avance de la minería ilegal en la región.
Desde 2023, entidades ambientales y de seguridad, con el apoyo del Consejo Nacional de Lucha Contra la Deforestación (Conaldef), realizaron un seguimiento permanente a las actividades ilícitas para identificar a los responsables y definir la operación. La intervención final se llevó a cabo el pasado 18 de noviembre con la participación de 92 uniformados de la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental (DICAR), en coordinación con la Policía Nacional, la Fuerza Aeroespacial de Colombia, la Policía Federal de Brasil y el Centro de Cooperación Policial Internacional de la Amazonía, tres helicópteros UH-60 de DIRAN hicieron parte del despliegue en selva profunda.
Resultados del operativo:
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Destrucción de 14 dragas, ocho en territorio colombiano y seis en Brasil.
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Inhabilitación de 33 motores, tres remolcadores y una excavadora.
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Incautación de 4.800 galones de combustible, 2,5 kilos de mercurio, 25 cilindros de gas y una planta eléctrica.
Cada draga tenía capacidad para extraer hasta 6.000 gramos de oro al mes, lo que representaba rentabilidades cercanas a USD 9,3 millones mensuales. Con su destrucción, las autoridades afectaron directamente las finanzas del Bloque Amazonas del EMC y de los Comandos de Frontera, generando pérdidas por 12.000 millones de pesos y frenando ganancias ilegales derivadas de los “impuestos” criminales que podían superar los 2.000 millones de pesos al mes.
Durante la operación se registraron hostigamientos armados que evidencian la creciente capacidad de reacción de estas redes criminales, además, la presencia de una excavadora operando en plena selva confirmó la expansión de la minería a cielo abierto, una modalidad que acelera la deforestación y desplaza la fauna silvestre.
Las dragas halladas, todas metálicas y altamente tecnificadas, evidencian la presencia de estructuras capaces de operar durante largos periodos en zonas remotas para evadir a las autoridades, de la misma manera, la intervención también evitó el vertimiento de combustibles y mercurio en un afluente que alimenta un Parque Nacional Natural donde habita la última tribu no contactada de Colombia y especies emblemáticas como el delfín rosado, el jaguar, el manatí, el oso hormiguero y el mono tití.
El operativo fue posible gracias a la articulación entre DICAR, la Fiscalía General de la Nación, Parques Nacionales Naturales, la Cancillería y el apoyo técnico del Conaldef, consolidando un esfuerzo binacional para proteger uno de los ecosistemas más biodiversos y vulnerables del planeta.

