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Presidente Petro asegura que dominar la Corte nunca fue su objetivo.

Petro desconfía de Carlos Camargo y acusa al uribismo de dominar la justicia.

El 3 de septiembre, el Gobierno del Cambio padeció una derrota tras la elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional, situación que deja en evidencia una fractura política en el senado y cuestiona la independencia de la justicia frente al uribismo.

En un extenso mensaje publicado en X, el presidente Gustavo Petro afirmó que su gobierno no intentó acaparar la Corte Constitucional, señalando que solo presentó dos magistrados ante el tribunal, compuesto por nueve en total. Según el mandatario, la mayoría fueron ternados por gobiernos y cortes anteriores, cuatro de ellos cercanos al uribismo, lo que a su juicio les ha permitido controlar las cortes y la cúspide de la justicia. Petro sostuvo que por esa razón estos lograron reelegirse, mientras se cerró la puerta a la reelección de los demás y añadió que su intención nunca fue dominar la Corte,»es imposible».

Debido a esto, el jefe de Estado acusó al uribismo de mantener el control sobre las altas cortes durante este siglo XXI, impidiendo hacer una paz total y frenando la construcción del Estado Social de Derecho establecido en la Constitución de 1991. Ademas, criticó la desigualdad social, la violencia, señalando que de este panorama surgieron cortes ultraconservadoras, marcadas por el “cartel de la toga” y el clientelismo judicial. Según el mandatario, dichas cortes no se identifican con el Estado Social de Derecho, sino con un Estado de Derecho vacío de pueblo.

Tras la elección del nuevo magistrado el presidente aseguró que estaba en juego la democracia o la gobernanza paramilitar de los próximos ocho años, y desmintió que en el departamento de Córdoba se sintieran orgullosas con la elección de Camargo.

Desconfianza hacia el nuevo magistrado.

Sobre Camargo, Petro expresó abiertamente su desconfianza recordando el silencio que mantuvo durante el tiempo que él fue defensor del pueblo, cuando Córdoba sufrió la ola violencia en la que campesinos fueron despojados de sus tierras, estudiantes y profesores fueron asesinados y ninguna voz de esa élite se alzó contra lo que denominó el “genocidio cordobés”.

El presidente afirmó: «Por eso no confío en Camargo para defender la Constitución de 1991, no confió el que se silenció ante el fascismo, el que no protestó contra el asesinato de los jóvenes, ni en el gobierno Uribe, más de seis mil inocentes, ni ante el encarcelamiento de los 3.000 jóvenes por los fiscales de Duque, muchos de esos fiscales, entregados a las mafias«.

Finalmente, Petro concluyó que “Camargo tendrá su segunda oportunidad; él decidirá si la aprovecha en favor de un Estado Social de Derecho y si yo estaba equivocado”.