El dolor que se siente en el momento de la instalación es similar a la de un pellizco. Su uso se popularizó con la llegada de la pandemia.

La pandemia aceleró una serie de cambios que revolucionaron la cotidianidad de la humanidad: teletrabajo, videoconferencias, pago sin contacto y distanciamiento social, fueron algunas de las medidas que el COIVD-19 obligó a implementar.

Según el medio especializado en tecnología Entre.co, el pago con chips insertados en el cuerpo humano ya era una realidad,pero las medidas de bioseguridad parecen haberle dado el empujón que este necesitaba para hacerse popular.

Enter recoge información de BBC Mundo, que señala que esta práctica se viene utilizando hace 10 años. Patrick Paumen, quien porta uno de estos chips en su muñeca, le dijo al medio inglés que la instalación de estos dispositivos igual que un pellizco.

La compañía Walletmor, pionera en la comercialización de estos aparatos, indicó que el usuario puede vincular su información bancaria con el chip instalado en una de sus manos y comenzar a utilizarlo sin ningún problema; agregó que el peso peso es inferior a un gramo.

Los iCard, como son conocidos, están sobre los 300 dólares y se puede utilizar en cualquier datafono o dispositivo que acepte pago sin contacto. Una vez instalado no tiene ningún riesgo de moverse, una advertencia que lanzan para garantizar la salud de los clientes.