El “Embrujo Frutal” es solo un reflejo más del hechizo de ineficiencia que se extiende sobre el Meta.
Una nueva mancha se suma al historial de obras inconclusas que persiguen al precandidato presidencial Juan Guillermo Zuluaga. Esta vez, se trata del proyecto turístico “Embrujo Frutal”, ubicado en el municipio de Guamal, Meta, y contratado por el Instituto de Turismo del Meta por más de $13.800 millones de pesos.
Lo que prometía ser una vitrina para el turismo regional, hoy no es más que un esqueleto de cemento a medio construir. La obra, que debía finalizarse en diez meses, acumula cuatro prórrogas, una suspensión y más de dos años de retraso, con apenas un 52% de avance físico.
La denuncia fue presentada por el líder político José Manuel Sandoval, quien expresó el descontento de la ciudadanía
“Este es el verdadero legado de Juan Guillermo Zuluaga: un departamento lleno de obras inconclusas, sobrecostos, excusas y abandono. Y lo más grave, una administración actual que heredó el poder y ahora alcahuetea el detrimento público”, afirmó Sandoval.
Los guamalunos, cansados del engaño institucional, exigen respuestas claras y acciones concretas frente al abandono. Lo que debía ser una plataforma de desarrollo turístico, se ha transformado en otro elefante blanco que representa el despilfarro de recursos públicos y la falta de planeación.
Mientras tanto, las promesas siguen en el papel y las necesidades del territorio esperan. El “Embrujo Frutal” es solo un reflejo más del hechizo de ineficiencia que se extiende sobre el Meta. Guamal no olvida. El Meta tampoco debería.