El atípico clima obligó a cerrar escuelas y clínicas de vacunación contra el COVID-19 en ambos países; así como a posponer un evento de atletismo clasificatorio para los Juegos Olímpicos, en Estados Unidos. 

Entre tanto, la localidad de Lytton, en Columbia Británica, batió el domingo el máximo histórico de Canadá, con una temperatura de 46,6 grados Celsius.

Las temperaturas se han disparado muy por encima de los promedios estacionales desde el estado de Oregón (EE. UU.) hasta los territorios árticos de Canadá, y los meteorólogos advierten que lo peor está por venir.

Es un calor desértico, muy seco y caliente“, dijo a la AFP David Phillips, climatólogo principal de Environment Canada. 

“Somos el segundo país más frío del mundo y el más nevado”, dijo. “A menudo vemos olas de frío y ventiscas, pero pocas veces hablamos de un clima caluroso como este”. 

El domingo, en Seattle, estado de Washington (EE. UU.), la temperatura alcanzó los 40 grados Celsius, un récord que sorprendió a los residentes, desacostumbrados a climas tan cálidos. 

“Esto es… ridículo”, dijo a la AFP un residente de la ciudad. “Me siento como si estuviera en el desierto o algo así”. 

Portland, la ciudad más grande del estado de Oregón, alcanzó los 44,4 °C el domingo, informó el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS), rompiendo el récord de la ciudad establecido un día antes. 

En la cercana Eugene, los organizadores se vieron obligados a posponer el último día de las pruebas de pista y campo olímpicas de Estados Unidos, trasladando los eventos de la tarde a la noche. 

Varias ciudades, en ambos países, abrieron centros de enfriamiento de emergencia y voluntarios comunitarios repartieron botellas de agua y sombreros mientras la temperatura batió más de 160 récords de calor en algunas localidades, como Whistler (Canadá), ciudad que alberga una estación de esquí.