Esa agremiación pide que las ciudades y municipios más productivos del país tengan salarios mínimos superiores a las regiones que no tengan índices tan buenos, detalló Portafolio. 

La Anif, citada por ese periódico, considera injusto que el salario mínimo sea el mismo en grandes ciudades como Bogotá o Medellín con el de ciudades pequeñas como Quibdó o Montería.

Aunque la idea es bien vista por expertos en economía, los mismos especialistas aseguran que no es viable en un país con desigualdad social y condiciones políticas como las que tiene Colombia. 

“Es una propuesta audaz y una propuesta que se ha hecho en los últimos 20 años para estimular empleo y formalidad, pero es una propuesta que, si bien a los economistas les gusta, es muy difícil que salga adelante en Colombia, como ya ha ocurrido en el pasado”, manifestó el periodista Alejandro Santos, en Caracol Radio. 

Impedimentos que están en la Constitución y el temor a perder relevancia política en algunas regiones del país impedirían, según Santos, que este Gobierno o cualquier otro dé luz verde a la propuesta. 

“Hay una restricción constitucional y, en ese sentido, la Corte Constitucional dice que el salario se aumenta con base en la inflación del año anterior. Más allá de lo legal, hay un tema político más complejo, porque al diferenciar el salario se genera un mensaje de que hay ciudadanos y salarios de primera y ciudadanos y salarios de segunda. Eso, políticamente, es muy complejo y puede causar segregación”, apuntó Santos, en esa emisora. 

El pasado 26 de julio, un estudio del Banco de la República midió el sueldo más bajo que una persona desempleada estaría dispuesta a recibir por un trabajo con las horas y días de trabajo establecidos por la ley. 

Ese análisis mostró que en Bogotá una persona desempleada, con las mínimas condiciones de vida, aceptaría un trabajo por 461.000 pesos al mes. En zonas rurales, esa cifra baja hasta los405.000 pesos.

Esta es la propuesta de la Anif: